Muchas de las actividades que realizamos a diario implican el uso de las nuevas tecnologías, desde escuchar música en reproductores de MP3, hasta consultar el correo electrónico a través de Internet.
Para una persona con discapacidades visuales, sin embargo, puede que el uso de estas tecnologías no resulte tan sencillo. Las nuevas tecnologías nos ayudan a minimizar el impacto de la discapacidad en nuestra vida cotidiana, aunque si no existen garantías de accesibilidad, todas las facilidades pueden llegar a convertirse en barreras.
Si no existen garantías de accesibilidad, las facilidades se convierten en barreras para los ciegos
Para que esto no ocurra, resulta imprescindible la colaboración entre el mundo empresarial, responsable de que los productos se adapten a todas las necesidades, y el colectivo invidente, que puede actuar como asesor en el desarrollo del producto.
La realidad, sin embargo, es que dejando de lado algunos proyectos que se dirigen específicamente a personas ciegas, ninguna empresa está dispuesta a pagar un precio extra por construir su página web con garantías de accesibilidad para invidentes. En términos generales, actualmente Internet no es accesible para todo el mundo.
Para acceder a la red, los ciegos disponen de ciertas soluciones que incluyen software, como pueden ser los lectores de pantalla, y hardware, que convierte el lenguaje de la pantalla en puntos Braille. Sin embargo, las dificultades persisten ya que los contenidos de las páginas web no están construidos de una manera completamente comprensible para estos dispositivos
La solución implica un esfuerzo específico en el proceso de programación y diseño web, aunque el diseño no tiene porque estar reñido con la accesibilidad, es decir, para que un ciego pueda leer mejor la pantalla, no hay que variar necesariamente la forma en que se muestran los elementos para las personas que ven.
El catálogo de soluciones simples que mejorarían la navegación para los invidentes sin influir en lo que ven el resto de personas es interminable. Como ejemplo, las imágenes que aparecen en la pantalla no suelen tener asociada una descripción del contenido, de manera que cuando un ciego pasa el ratón por encima de ella lo único que reconoce su lector de pantalla es el nombre de archivo de la imagen.
Las empresas gastan cantidades de dinero mucho más importantes en otras cosas, pero en este tipo de proyectos no encuentran una justificación económica.
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